sábado, 17 de diciembre de 2011

Hallada inmersa en el propio mar,
en silencio, tan tranquilo y sosegado
pero rompiendo con fuerzas
con el sonido del latido de mi corazón

“pom… pom... pom…”

El sonido se intensifica,
haciéndose más repetitivo, más seguido

“pom, pom, pom”

y más

“pom pom pom”

 y aún más

“pomm pomm pomm”

y más y más…

“POMMPOMMPOMM!!”

Intento silenciarlo
pero se resiste…

Pero ¿por qué?

¿Por qué mi corazón
late con más y más fuerzas?
¿Por qué estas ansias
de quererse salir de mi pecho?

¿Por qué?

Porque ya no me pertenece a mí,

es tuyo, sólo tuyo,
y late con esas fuerzas
queriendo rasgar mi pecho,
salir y correr
para estar junto al tuyo…



(Dic - 2011)

lunes, 5 de septiembre de 2011

Un camino que no conducía a ninguna parte

Día tras día recorro sin cesar multitud de senderos. Algunos cortos, otros muy muy largos, serpenteantes, oscuros o con destellos que te ciegan, algunos completamente desérticos y otros agobiantes por la multitud. Cada día una sorpresa por recorrer.

Mágico son los días en los que el sendero está bañado ligeramente por el sol, un sol de un amanecer primaveral.
Donde si cierras los ojos, escuchas como caen las hojas viejas,
donde si cierras los ojos, hueles al rocío,
donde si cierras los ojos, puedes tocar el aire fresco,
donde si cierras los ojos, puedes saborear el sol,
y donde si cierras los ojos, te puedes imaginar que la maldad, la falsedad e hipocresía solo existen en los ogros de los cuentos.

Pero lamentablemente nada es eterno y dí algún día con un extraño sendero. Tan extraño era que se cortaba y a la vez se dividía, en el que había lluvia, sol y truenos, y más extraño era porque tras caminar y caminar parecía que nunca tendría un final.
Tenía que salir de allí como fuese. Después de insistir e insistir me entristecía tanto que casi me doy por rendida, que casi me quedo atrapada allí.

Sucedió una cosa. Una mañana me desperté nuevamente feliz, feliz porque en un sueño reviví ese mágico mundo donde todos los sentidos se excitan y no puede ver nada malo.
Entonces comprendí, que este sendero que no conducía a ninguna parte era como cualquier otro, entonces el sendero se transformó y se convirtió en ese mágico lugar de mis sueños.






Un camino que no conducía a ninguna parte y que yo era quien pintaba el recorrido.

jueves, 1 de septiembre de 2011

[...]

Si fuese de cartón, quizás no sentiría frío o calor, quizás no sentiría hambre ni sed, quizás no sentiría dolor. Podrían hacerme todo el daño que quisieran porque no sentiría nada. Tirarme, pisarme, golpearme e incluso cortarme. No sentiría nada. Seria libre pues ningún sentimiento me ataría. Serviría de apoyo en los momentos más duros en los que nadie quiere hablar de ellos, solo en la soledad con uno mismo, pañuelo de lágrimas.

Toda parte grata tiene oculto su lado oscuro.

No sentiría placer, no sentiría las caricias ni el olor de tu piel. Estaría presa en mí ya que no podría moverme por mi misma y ningún acto sería en mi voluntad. No reiría ni haría reir, no podría dar palabras de esperanzas a quienes lo necesitasen.

Entonces, ¿que hacemos cuando algo tiene dos partes, una buena y otra mala? ¿y si todo tuviese esas dos partes?

He herrado como cualquier otro ser humano millones de veces. He caído en lo más hondo y he vuelto a resurgir, he estado en la cima y he resbalado de repente.
Puedo ir más ayá de lo que estoy acostumbrada y si no pudiese rompería esas barreras con mi imaginación.

¿Pero que hacer en cada circunstancia? ¿Por qué lado decantarme?
Puede ser que siempre elijo el camino equivocado, pero el más acertado, puesto que en cada reto, cada arañazo, cada recuerdo son sellados en mi memoria como grandes experiencias.

No soy quien para decir a nadie que debe o no hacer. Solo estoy segura que por cualquiera de los caminos nadie resultará ileso.

viernes, 5 de agosto de 2011

Imaginando dejé de soñar

Todas aquellas historias que me contaban de pequeña…historias llenas de magia e ilusión.

Dragones, brujas, duendes y princesas, un caballero a lomos de un caballo blanco de larga cola. Un final dulce, donde todo acaba bien y un “fueron felices y comieron perdices”.

Una gran sonrisa se me dibujaba en el rostro y felizmente dormía imaginándome que algún día sería la protagonista de una de esas historias y porqué no también comería perdices.

¿Dónde quedó todo aquello? ¿a dónde se metieron los duendes, hadas y magos?
Historias inventadas, historias para poder evadirte del mundo real.

Al igual que me contaban esas historias, me hicieron despertar.
A todo a lo que me habían habituado, todo en cuanto creía, no existía ni existiría jamás.
Pero, ¿cómo afrontar que una persona imaginó eso y lo enclaustró en hojas y que esa persona era la causante y creadora de mi mundo de fantasía, que solo esa persona, yo y otras personas que leyeran esas historias se imaginaría mi mundo?

No pude dejar de creer, me era imposible no creer, no podría ser que nada de aquello no fuese de real.
Busqué y busqué. Algo si que encontré. Vi a ogros, brujas y dragones aunque no con el aspecto que había imaginado. Pero ya nada me extrañaba, todo cuanto imaginé no era así o no era real.

Los años pasaron y la búsqueda se hacía cada vez más absurda.
Me hice a la idea que por más que buscara o comiera perdices no sería feliz y que pocas cosas acaban bien. Fui olvidándome de aquellas viejas historias que me contaban… historias llenas de magia e ilusión, historias inventadas, historias para poder evadirte del mundo real. Historias ahora encerradas en un viejo baúl en alguna parte poco accesible para no volverlas a leer, para no volver a imaginar, para no volver a soñar.

Lamentablemente un día desperté y por más que durmiera nunca volví a soñar.



jueves, 21 de julio de 2011